La edificación es una de las áreas con mayor participación en el consumo energético mundial. Pese a las iniciativas a nivel global para disminuir su alta dependencia de los combustibles fósiles, se requiere el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas que contribuyan con energías renovables al consumo eficiente de los edificios.
La climatización supone el mayor consumo de un edificio, independientemente de su uso. Actualmente, la climatización de edificios supone más de un 25% del consumo energético mundial. Así, para alcanzar los objetivos de descarbonización de la UE resulta fundamental reducir el consumo energético del sector de la construcción en un 80% y las emisiones de CO2 en un 50%. Por su lado, la UE ha propuesto recientemente una actualización de su Directiva de Eficiencia Energética en Edificios para obligar a que todos los edificios que se construyan a partir de 2021 sean de consumo casi cero.
Ante esta coyuntura, resulta fundamental el desarrollo de nuevas tecnologías energéticas que suministren a los sistemas de climatización de los edificios basadas en la hibridación del aprovechamiento energético del subsuelo con el almacenamiento de energía eléctrica a través de baterías de flujo. Todo ello, con el propósito principal de conseguir edificios de consumo energético casi nulo en países en vías de desarrollo, dónde la garantía de suministro es un problema creciente y se precisa urgentemente el fomento del crecimiento sostenible. Asimismo, dicho objetivo responde al Reto en Energía Segura, Sostenible y Limpia, ya que permitirá reducir el consumo de los edificios en un 80%, además de garantizar la seguridad del suministro a instalaciones críticas sin necesidad de grupos electrógenos.
¿Cómo influyen las baterías de flujo en sistemas de hibridación de los edificios?
El aprovechamiento geotérmico del terreno permite alcanzar eficiencias energéticas muy superiores a las obtenidas con otras fuentes de energía al mismo tiempo que reduce el suministro energético a un sólo tipo, el eléctrico, simplificando la gestión energética del edificio. De esta manera, el uso de baterías de flujo permite independizar el suministro eléctrico de su consumo posterior, añadiendo un funcionamiento continuo del edificio.
Las baterías de flujo son un sistema de almacenamiento electroquímico que nos permite transformar la energía eléctrica y almacenarla en forma de energía química, proceso que puede invertirse con gran facilidad para recuperar la energía eléctrica inicial. Además, las baterías de flujo ofrecen una serie de ventajas en términos de flexibilidad y vida útil frente a las baterías convencionales.
Más allá, la integración de baterías de flujo nos permite aprovechar de forma eficiente la energía de origen renovable, como la solar y la eólica, de acuerdo con su carácter ininterrumpido.
E22, consciente del reto que supone consolidar una solución que abastezca de manera fiable, segura, sostenible y continua, participa en el proyecto GeoBATT, de proyección nacional, para desarrollar una novedosa tecnología que hibride el aprovechamiento geotérmico con el almacenamiento energético en baterías de flujo y no origine emisiones de CO2 y que elimine la dependencia del consumo de combustibles fósiles. Este nuevo modelo será integrado con las medidas utilizadas para mejorar la sostenibilidad de los edificios, como es el uso de placas solares.
E22, a través del proyecto GeoBATT pretende, de este modo, dar respuesta a los desafíos de la sociedad actuales, los cuales han sido reconocidos en la Estrategia Española, el programa de la Unión Europea reflejado en el Horizonte 2020 y el plan de trabajo de la asociación público-privada Energy-efficient Buildings (EeB).