Garantizar la seguridad del suministro y proporcionar precios más bajos de energía se ha convertido en un punto clave en el panorama energético actual. Debido a la gran variabilidad de la generación renovable, existen periodos en los que la mayor parte de la demanda debe ser cubierta mediante energías convencionales, lo que encarece el precio horario de la energía.
Este precio podría ser elevado por dos razones:
- Al reducirse el número de horas de funcionamiento de las centrales térmicas, deben incrementar el precio de venta de energía para hacer frente a sus costes fijos para las horas en las que entren al mercado.
- El coste de los derechos de emisiones de CO2, que deben pagar los generadores, está subiendo y no se prevé que baje en un futuro cercano.
Actualmente, los ciclos combinados de gas se utilizan, en la mayoría de las ocasiones, para dar respuesta rápida a las variaciones de generación de las energías renovables, entrando para cubrir puntas de consumo a un precio elevado.
De esta manera, las plantas convencionales con equipos rotativos conectadas a la red son necesarias para proveer de inercia al sistema y poder responder ante las variaciones de frecuencia ocasionadas por las energías con alta variabilidad.
Los sistemas de almacenamiento de energía, en este sentido, son la respuesta para acelerar la transición energética y favorecer la correcta integración de las energías renovables en el sistema, ya que permiten almacenar energía a un precio bajo en los momentos que haya exceso de generación renovable para, posteriormente, verterla a la red cuando la generación renovable sea insuficiente, a un precio menor que las plantas convencionales.
Además, el desarrollo de los sistemas de almacenamiento energético facilita una respuesta más rápida que los ciclos combinados ante las caídas repentinas de generación renovable, reduciendo, así, el precio de las puntas de consumo.
Las tecnologías de almacenamiento de energía al mismo tiempo aseguran la estabilidad de la red mediante la participación en los mercados de servicios auxiliares, a un coste inferior que las plantas térmicas y con unos tiempos de respuesta mucho más rápidos.
Estas tecnologías pueden aplicarse en nuevos mercados para hacer frente a la pobreza energética, como, por ejemplo, el de la movilidad eléctrica o en los sistemas de hibridación y el consumo energético de los edificios como explicamos aquí.
En términos generales, por lo tanto, el sistema de almacenamiento de energía proporciona al sistema flexibilidad y estabilidad capacitándolo para hacer frente a la variabilidad y predictibilidad de las tecnologías renovables.
Desde E22 continuamos desarrollando soluciones con el firme compromiso de ofrecer tecnologías de almacenamiento de energía que respalden el despliegue de energías renovables y aporten precios más bajos de energía.